Hace unos días una clienta me preguntaba por un concepto que había leído en alguna revista de belleza llamado "contouring...o algo así..."
Aquello a lo que mi clienta se refería, no es otra cosa que lo que en castellano llamaríamos correcciones de óvalo.
Por lo visto el término correcto a determinar del nuevo concepto es contouring y según las revistas de belleza es de lo último en maquillaje.
Pues bien, resulta que para nada es de lo último, y es algo que los maquilladores hacemos siempre que realizamos un maquillaje profesional.
Las bases de esta técnica son las de corregir el óvalo que tengamos llevándolo hacia lo que consideramos óvalo perfecto u óvalo tipo venus con la técnica del claro/oscuro.
Si una persona tiene la nariz muy larga, la acortaremos, al igual que si la tiene muy ancha la estrechamos. Si nuestro mentón es más pronunciado habrá que hundirlo o si tenemos una frente muy ancha la haremos más pequeña, etc.
La manera de hacer esta técnica es colocarnos frente al espejo y ver dónde están nuestros defectos. Con un corrector claro y con otro oscuro, daremos luz a las zonas oscuras que haya que iluminar y de lo contrario oscureceremos aquellas que haya que hundir.
La foto siguiente os muestra un esquema correcto dependiendo del tipo de óvalo que se tenga.
Con esta técnica se demuestra que el maquillaje no tiene límites y que con sólo unos buenos correctores podemos dejar una piel y rostro impoluto y corregido.
Por ejemplo el maquillaje de caracterización tira mucho del contouring para crear personajes.
¡Magia a golpe de pincel!
Saludos!!
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